Monastir, encrucijada de historia y relajación, cautiva con su patrimonio único. Visita el Ribat de Monastir, uno de los mejor conservados del Magreb, y el mausoleo de Bourguiba, símbolo de la independencia tunecina. Relájate en sus tranquilas playas o descubre las Islas Kuriat, ideales para hacer snorkel. La ciudad también es un lugar destacado para la talasoterapia, donde bienestar y serenidad se unen frente al mar Mediterráneo. Por la noche, degusta las especialidades locales en un restaurante con vistas al mar.
¡Tengo muchas ganas de viajar a Túnez!